El pasado 23 de
marzo, tuve la oportunidad de visitar el Colegio Montserrat en Barcelona, gracias a AulaBlog. Comparto aquí una pequeña reflexión de la
visita.
Hoy en día nadie duda el
hecho de que el aprendizaje es ubicuo y que puede producirse en cualquier lugar
y circunstancia. El hecho de no circunscribir dicho aprendizaje a un entorno
meramente escolar es ya un avance pero, si además, a este contexto escolar se
le da toda una vuelta de tuerca y se transforman los espacios existentes en
otros flexibles, transparentes y totalmente moldeables, al servicio de unas
metodologías activas concretas, ya estamos dando pasos de gigante.
Y es precisamente esto lo que puede llamar inicialmente la
atención cuando se visita el Colegio Montserrat, donde la transparencia de las
paredes y la versatilidad de los espacios son reflejo de las metodologías
activas que articulan todo el proyecto educativo del centro, con el objeto de
generar un sistema de aprendizaje global sostenible que se traduzca a un
servicio transformador de la sociedad.
En esa línea, cabe destacar que nos encontramos en un
contexto de aprendizaje en el que se apuesta por la personalización del mismo,
mediante la enseñanza en equipo de varios docentes en el aula, que sirven de
guía a todo el alumnado. Al mismo tiempo, se percibe una gran autonomía por
parte del alumnado, responsable de gestionar su tiempo y trabajo en grupo para
el desarrollo de una determinada tarea.
Pero, sin duda alguna, el aspecto más reseñable y que más
permea es el de la cultura de centro tan palpable que se percibe. Existe un
hilo conductor coherente que se articula desde la etapa infantil hasta bachillerato,
que, por un lado, refuerza la línea estratégica adoptada por el centro, y por
otro, supone un punto de referencia de
la eficacia de la misma.
Maneras de educar, programa documental de RTVE.
Hablamos de la transformación de la educación hecha realidad. El debate está servido.
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