viernes, 21 de septiembre de 2018

Expresarse en otra lengua

Como profesora de inglés como lengua no materna, una de las destrezas que mayor dificultad presenta a mi alumnado es el de la producción oral y escrita, especialmente, cuando esta es de naturaleza discursiva, ya que conlleva un proceso de  reflexión previo al que no se le dedica todo el tiempo ni atención necesaria.

Uno de los problemas que apunta Robert Swartz (2017)[1] en relación al desarrollo de esta destreza es que se tiende a trabajarla de manera descontextualizada contribuyendo de esa manera a que el alumnado la perciba como algo ajeno y forzado, desprovisto de toda intención comunicativa. Si bien es cierto que una de las dificultades a las que se enfrenta el alumnado a la hora de abordar la escritura en una lengua no materna es el  grado de conocimiento de la lengua objeto de estudio, no menos cierto e importante es el dedicar tiempo a la organización de la información y pensamiento  expresado en el texto en cuestión.  


En muchos casos, se añade a la inseguridad de usar un código lingüístico no materno la falta de experiencia previa en este tipo de tareas, por lo que se impone la necesidad de dedicarle el tiempo y espacio necesario, dotando de igual importancia al proceso conducente al texto que al producto final de dicho proceso. Para ello, Swartz alude a los beneficios que el uso de herramientas como los mapas mentales y listas de control, entre otros, puede reportar a la organización del pensamiento, previa a la escritura.

Consecuencia de esa  inseguridad o falta de experiencia es la dependencia del docente que se genera por parte del alumnado, desproveyendo a este último de toda autonomía y confianza en sí mismo, clave para el proceso de aprendizaje. En este sentido, cabe destacar los beneficios que el trabajo cooperativo y colaborativo puede reportar a este tipo de tareas, ya que no solo le sirve al alumnado de ayuda en la tarea de edición del texto sino que refuerza su autoestima.

En una educación tan centrada en el producto final, el proceso se ve diluido e, incluso, abandonado. Escudados en la idea de que nuestro alumnado debe familiarizarse con la lengua objeto de aprendizaje, dedicamos excesivo tiempo a la herramienta de expresión y descuidamos el proceso de desarrollo del pensamiento cuando, en definitiva, las lenguas están al servicio de la comunicación de sentimientos y pensamientos.



[1] El aprendizaje basado en el pensamiento eficaz, Robert Swartz et alii, SM, 2017.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

BLENDED LEARNING Y LA EDUCACIÓN DE ADULTOS

  Una oportunidad de aprendizaje en tiempos de crisis… y no crisis   “Learning is a change in the individual, due to the interaction of ...